Rodríguez Zapatero no va a ser el candidato del PSOE en las elecciones generales, pero lo que los españoles le dijeron ayer es que no quieren que siga siendo el presidente del Gobierno ni un día más. La derrota de los socialistas adquiere tintes históricos, dramáticos, trágicos y todos los adjetivos negativos y tremendistas que se nos puedan ocurrir. Con 5 millones de parados, la economía que no consigue alzar el vuelo, la credibilidad exterior por los suelos y una revuelta popular en las calles, el todavía inquilino de la Moncloa es un líder amortizado y una rémora para España.
El PP se la jugó al plantear los comicios como un plebiscito contra Zapatero, pero ha ganado, le ha salido bien. El veredicto de las urnas no admite dudas. Desde el año 1977, con las primeras elecciones democráticas tras la dictadura, el PSOE no había cosechado un resultado tan demoledor. El mapa autonómico y municipal adquiere ahora un tono azul PP, mientras los acampados del 15M aseguran que van a seguir en la calle al menos una semana más, en una imaginaria pinza por la derecha y por la izquierda que se puede volver insoportable para el Ejecutivo socialista.
Encima, en el País Vasco los batasunos de Bildu se convierten en el gran protagonista de la jornada gracias a las maniobras de Zapatero ante el Tribunal Constitucional para hacerlos legales. Y todo porque quiere pasar a la historia como el hombre que acabó con ETA. Castilla-La Mancha, Extremadura, Barcelona... todo el poder territorial del PSOE se ha derrumbado, en un cataclismo previsible pero no por ello menos doloroso para los socialistas, y que tiene un responsable al que ahora todos miran, empezando por sus compañeros de partido.
Rodríguez Zapatero es un cadáver político, ya sólo falta fijar la fecha del entierro. Los electores pidieron ayer que sea cuanto antes.
Fuente:
LasProvincias.es
1 Comentario, ¿Y tú qué opinas?:
Ahora sí que sí: He vuelto.
Un abrazo a todos.
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